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La invalidez

Ciudad de México /

La invalidez como tal, no existe. Ésta existe solo para cierto mundo, esto es: es un fenómeno que depende del mundo circundante. Ser inválido, quiere decir no poder llevar a cabo las acciones que cualquier individuo sano, podría llevar a cabo sin problema. La invalidez solo existe cuando una persona no puede valerse por sí misma: por ese no poder valerse se le llama “inválido”. Pero nadie puede valerse por sí mismo en un mundo no apto para sí mismo. Expliquémonos.

¿Qué sucedería si lográramos crear una sociedad en que todas las personas que hoy llamamos “inválidas,” pudieran valerse por sí mismas? Si nuestro mundo estuviera preparado para recibir a personas diferentes, no existiría la invalidez. Pongamos un ejemplo. Una persona que no escucha bien, se convierte en inválida desde el momento en que no puede reaccionar de la misma manera a una alarma, o a cualquier tipo de llamado. Si en nuestro mundo estuviera incluido otro tipo de llamadas, otro tipo de alertas, otro tipo de formas de pedir ayuda, la persona dejaría de ser inválida. Pongamos otro ejemplo: una persona que no puede caminar, es sin duda, una persona inválida. Pero si nuestro mundo estuviera preparado para recibir a las personas que no pueden caminar, exactamente de la misma manera en que recibimos a las personas que sí pueden caminar, esto es: si en todos los lugares hubiera sillas para éste tipo de invalidez, rampas, transporte y todo lo que cualquier persona que no puede caminar, requiere, la persona podría valerse por sí misma: dejaría de ser inválida.

H. G. Wells, escribió un pequeño cuento que tituló “El país de los ciegos”. En él postula la existencia de una pequeña comunidad que quedó aislada a raíz de un terremoto. Ya antes del terremoto habían comenzado a nacer personas invidentes, y este fenómeno fue en aumento, hasta que esta aislada comunidad no contaba más que con personas invidentes. Los años transcurrieron y llegó a ser una leyenda que antiguamente las personas contaban con un sentido más que les permitía conocer las cosas de una manera diferente, con el transcurso del tiempo, incluso la leyenda misma fue olvidada, y todos se habituaron a vivir sin ver. Lo que este escritor nos deja ver, es que un mundo adaptado a cierto tipo de invalidez, dejan de existir personas inválidas.

Prefiero no narrar la historia completa para no echársela a perder al lector, más bien le recomiendo que busque este pequeñísimo e interesantísimo cuento, para que se pueda corroborar lo que aquí he dicho: la invalidez sólo existe en un mundo que no está preparado para recibir inválidos. Incluso la gran sorpresa, es que en un mundo que está preparado para cierto tipo de invalidez, las personas que tienen menores posibilidades de sobrevivir son los que no cuentan con esa invalidez.

Me dan mucha envidia aquellos que no han leído este pequeño cuento de Wells, porque pueden leerlo y maravillarse ante semejante historia, como lo leí yo y me maravillé la primera vez que lo leí.

La invalidez no existe: lo que existe es un mundo no preparado para recibir a quienes son diferentes.


  • Paulina Rivero Weber
  • paulinagrw@yahoo.com
  • Es licenciada, maestra y doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en temas de Ética y Bioética, en particular en los pensamientos de los griegos antiguos, así como de Spinoza, Nietzsche, Heidegger.
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