Trump, Sheinbaum y Wall Street

Ciudad de México /

Hay que formular de otra manera la sentencia de que Trump va a “aplicarle aranceles a México”: de lo que se trata, en los hechos, es de que los consumidores de Estados Unidos van a pagar un sobreprecio al comprar los productos que nuestro país exporta. O sea, que no es una carga que nos caerá encima a los sufridos habitantes de Estados Unidos Mexicanos sino una cuota exigida a los compradores estadounidenses de tomates, aguacate, pantallas planas, componentes electrónicos, partes automotrices y tantos otros de los bienes que cruzan sus fronteras.

Este castigo ejemplar no lo sobrellevan todavía los felices beneficiarios del “sueño americano”, los clientes de los aguacateros de Michoacán o los amos de casa que preparan salsa arrabiata con tomates de Sinaloa (no saben todavía del fastidio de apoquinar más dólares en la caja registradora del Walmart, aparte de que están ya muy cabreados porque al principio del mandato de Joe Biden subió la inflación), pero tal podría ser el adverso escenario que les espera en caso de que The Donald decida imponer las mentadas tarifas.

El Wall Street Journal, un diario señaladamente neoliberal, acaba de proclamar, en un editorial publicado el 31 de enero, que la ofensiva de Trump es la “guerra comercial más tonta de la historia”. Los autores del artículo cuestionan, primeramente, el pretexto que invoca el presidente de la Unión Americana para emprender tan insensato asalto comercial en contra de sus vecinos —que no contengan el flujo de drogas ilegales hacia aquel país— arguyendo simplemente que eso ha ocurrido a lo largo de décadas enteras y que así será mientras los estadounidenses “sigan consumiéndolas. Ninguno de los países podrá detenerlo”.

Lo del fentanilo es una mera excusa, desde luego, porque Trump ha dejado en claro que le gustan los aranceles en sí mismos hasta el punto de afirmar que Estados Unidos “no necesita los productos de los demás. Tenemos todo el petróleo que requerimos, todos los árboles para nuestra madera” y aparecer entonces como el líder de una nación autárquica, un país, en palabras del citado Wall Street Journal, que “no debiera importar nada de ningún lado, una economía perfectamente cerrada que todo lo produjera en casa”.

La inviabilidad de parecido proyecto es evidente y el proteccionismo a ultranza que pretende implementar Trump —por lo menos de palabra, en espera de lo que digan los mercados y de las reacciones, justamente, de los inversores de Nueva York— sería absolutamente nefario para la economía mundial. De tal manera, la presidenta Sheinbaum no estará defendiendo nada más por su cuenta los intereses de la nación mexicana,sino que tendrá de su lado a la comunidad financiera y económica internacional.

Ese apoyo habrá que rentabilizarlo, aunque los miembros de la radical cofradía morenista no quieran codearse con aliados de parecida catadura: ni más ni menos que los voraces capitalistas de Wall Street. Pues...


  • Román Revueltas Retes
  • revueltas@mac.com
  • Violinista, director de orquesta y escribidor a sueldo. Liberal militante y fanático defensor de la soberanía del individuo. / Escribe martes, jueves y sábado su columna "Política irremediable" y los domingos su columna "Deporte al portador"
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