Se supone que su propuesta es una mezcla de cultura pop y cubismo. Ninguna de las dos. Sus obras están más cerca de los emojis que del arte.

Este texto es un homenaje al padre de la contracultura regiomontana, quien falleció el pasado 13 de junio en Monterrey. Periodista, cronista, editor, activista, fue sobre todo poeta.

Aunque no llega a ser una fábula redonda sobre la malignidad imposible de combatir, vale la pena ver esta película por su esfuerzo en explorar ese universo vil, mefítico y perverso que tanto nos seduce.

La Premio Cervantes vivió durante once años en México, donde se codeó con Octavio Paz, Gabriel García Márquez, Álvaro Mutis y otros intelectuales célebres. También con la entrañable Elena Jordana.

Figura sin par en el pensamiento de izquierda, fue uno de los líderes más prominentes del movimiento pacifista en el siglo XX.

El artista canadiense nació, dentro de una familia judía, en una población anglófona de Montreal. En la adolescencia descubrió la poesía de Lorca y con ella su voz y su mundo.

“Ida habla de México y se emociona. La década aquí fue la más feliz de su vida”, relata la cineasta uruguaya María Arrillaga, quien presentó en la Cineteca Nacional su documental sobre la centenaria poeta.

Se dice que la soledad como factor de riesgo equivale a fumar quince cigarrillos diarios. Uno puede preguntarse si hoy en día, época de redes sociales, sigue en pie la práctica de la conversación.

La belleza sublime de los paisajes escoceses arropa esta crónica donde conviven música, whisky, literatura y un pasado ancestral.

Quizá sólo los niños despiertan con esa sensación de frescura que una vez me llevó a preguntarle a otro anestesista cómo se llamaba la maravilla con la que me había hecho regresar a la infancia.