“Nadie se quiere sentar a comer”. La campaña de Trump para detener a millones de migrantes indocumentados ha paralizado comercios. Muchos ya no salen a las calles.
No deja de sorprender que en medio de tanta alharaca sobre las amenazas arancelarias de Trump, se hable tan poco de su ilegalidad. Como si se diera por descontado que ese no es el punto.